El cuidador o acompañante desempeña un papel fundamental en la vida de una persona que padece una enfermedad como el Parkinson. Sus funciones pueden incluir:
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Asistencia en
actividades diariasAyudar con tareas cotidianas como vestirse, bañarse, comer y moverse, especialmente si la persona tiene dificultades para realizar estas actividades por sí misma.
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Supervisión y
seguridadAsegurarse de que la persona esté segura y evitar caídas o accidentes, especialmente si tiene problemas de equilibrio.
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Apoyo
emocionalProporcionar compañía y apoyo emocional, lo que puede ser muy importante para el bienestar mental y emocional de la persona.
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Administración de medicamentos
Ayudar a recordar y administrar la medicación según lo prescrito por el médico.
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Comunicación con profesionales de la salud
Actuar como intermediario entre la persona y los médicos o terapeutas, asegurándose de que se sigan las recomendaciones médicas.
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Fomentar la independencia
Promover la autonomía de la persona, alentándola a realizar actividades por sí misma en la medida de lo posible.
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Planificación de actividades
Organizar y participar en actividades recreativas o terapéuticas que puedan mejorar la calidad de vida de la persona.
El papel del cuidador es vital, ya que no solo se ocupa de las necesidades físicas, sino que también contribuye al bienestar emocional y social de la persona a su cuidado.