Mi Historia – Nadia Guerra
Desde que cumplí 40 años, empecé a notar pequeños cambios en mi cuerpo. Al principio, pensé que era solo el paso del tiempo. A veces, mis extremidades derechas se ponían rígidas y no respondían. Pero con el tiempo, esos pequeños síntomas no comunes para los médicos, se convirtieron en algo más. A los 44 años, después de muchas consultas y pruebas, recibí el diagnóstico: enfermedad de Parkinson de inicio temprano.
Al principio, me sentí abrumada. La palabra «enfermedad» siempre trae consigo un peso emocional. Sin embargo, decidí que no dejaría que esto definiera mi vida. Comencé a informarme sobre la enfermedad, a buscar grupos de apoyo y a conectar con otras personas que estaban pasando por lo mismo. Me di cuenta de que no estaba sola en esta día a día .
A medida que los síntomas avanzaban, aprendí a adaptarme. La rigidez y la fatiga se convirtieron en parte de mi día a día, pero también encontré nuevas pasiones. Comencé a practicar meditación, lo que me ayudó a mantenerme centrada y a manejar el estrés.
Además, retomé mi emprendimiento de manualidades. Empecé a conectarme con gente maravillosa fuera de Ecuador que han sabido ser desinteresadamente mi soporte y guía para crear un Movimiento en este mi país.
Mis amigos y familiares se convirtieron en mi red de apoyo. Ellos me recordaron que, aunque la enfermedad era parte de mi vida, no era lo único que me definía. Juntos, celebramos mis logros, por pequeños que fueran, y aprendimos a disfrutar de los momentos simples.
Hoy, a mis 50 años, sigo enfrentando desafíos, pero también he encontrado una nueva fortaleza en mí misma. La vida con Parkinson me ha enseñado a reinventarme, a valorar cada día, a ser agradecida por las pequeñas cosas y a vivir con propósito. Aunque el camino no siempre es fácil, estoy decidida a seguir adelante, a compartir mi historia y a inspirar a otros a no rendirse.
Soy Nadia Guerra y esta es mi vida con párkinson.
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